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Mente Zen. Mente de Principiante (9)

LA COMPRENSIÓN CORRECTA. POR Shunryu Suzuki. Uno de los textos más significativos de la Tradición budista Soto Zen.

Fragmento. Novena entrega.


(...)

Experiencia, no filosofía

"Hay algo de blasfemia en decir que el budismo es perfecto como filosofía o enseñanza, sin saber lo que realmente es.

Aunque hay muchas personas en este país interesadas en el budismo, pocas de ellas se interesan en la forma pura. La mayoría está interesada en estudiar las enseñanzas o la filosofía del budismo. Al compararlo con otras religiones, aprecian lo satisfactorio que es intelectualmente. Pero que el budismo sea o no filosóficamente profundo o bueno o perfecto no viene al caso. Nuestro propósito es mantener nuestra práctica en su forma más pura. A veces me parece que hay algo de blasfemia en decir que el budismo es perfecto como filosofía o enseñanza, sin saber lo que realmente es.

Para el budismo (y para nosotros) la práctica del Zazen en grupo es lo más importante, porque esta práctica es la forma original de vida. No se puede apreciar el resultado de los esfuerzos de nuestra vida sin conocer primero el origen de las cosas. Nuestros esfuerzos han de tener cierto significado. Una vez conocido ese significado, ya se puede encontrar la fuente original. No conviene preocuparse por el resultado de nuestros esfuerzos sin determinar antes su origen. Si ese origen no es claro y puro, nuestros esfuerzos no serán puros, y el resultado no será satisfactorio. Cuando tornamos a nuestra naturaleza original y hacemos incesantes esfuerzos sobre esta base, apreciamos el resultado de ellos de momento en momento, día tras día, año tras año. Así es como hemos de apreciar nuestra vida. Los que se interesan únicamente en el resultado de sus esfuerzos no tienen la oportunidad de apreciarlos, porque no obtendrán nunca ningún resultado. Pero si en todo momento surge el esfuerzo desde su origen puro, todo lo que se haga saldrá bien y uno estará satisfecho de todo lo hecho.

En la práctica Zazen, tornamos a nuestra forma pura de vida, más allá de toda idea de provecho y más allá de toda fama o ganancia. Mediante la práctica, mantenemos sencillamente nuestra naturaleza original tal cual es. No es necesario intelectualizar acerca de lo que es nuestra naturaleza pura original, porque está más allá de nuestra comprensión intelectual. Y no hay ninguna necesidad de apreciarla, porque rebasa los límites de nuestra apreciación. Así es, pues, que nuestra práctica consiste simplemente en sentarse, sin ninguna idea de ganancia y con la más pura de las intenciones, y permanecer tan tranquilos como nuestra naturaleza original. Ésta es nuestra práctica.

El zendo no encierra nada de fantasía. Sencillamente venimos y nos sentamos. Después de comunicarnos unos con otros, nos marchamos a casa y reanudamos nuestra propia actividad cotidiana como una continuación de nuestra práctica pura, en el disfrute de nuestra verdadera forma de vida. Sin embargo, esto es muy poco común. Dondequiera que voy, la gente me pregunta ¿qué es el budismo? y apresta sus cuadernos para anotar la respuesta. ¡Ya pueden imaginarse cómo me siento! Pero aquí sólo practicamos Zazen. Eso es todo lo que hacemos y somos felices con esta práctica. Para nosotros, no hay necesidad de entender qué es el Zen. Estamos practicando Zazen. De modo que no necesitamos saber intelectualmente qué es el Zen. Esto es, creo, muy fuera de lo usual en la sociedad norteamericana. En Norteamérica hay muchas pautas de vida y muchas religiones. Por eso parece bastante natural que se hable de la diferencia entre esas religiones y que se las compare entre sí. Pero nosotros no tenemos necesidad alguna de comparar el budismo con el cristianismo. El budismo es el budismo y el budismo es nuestra práctica. Ni siquiera sabemos qué estamos haciendo cuando practicamos con la mente pura. Por eso, no podemos comparar nuestro camino con el de otras religiones. Es posible que alguien diga que el budismo Zen no es una religión. Quizás sea así, o quizás el budismo Zen sea una religión previa a la religión. Tal vez por eso no sea religión en el sentido ordinario de la palabra. Mas es maravilloso y aunque no estudiemos lo que es intelectualmente, aunque no tengamos catedrales ni ornamentos lujosos, quizás nos permita apreciar nuestra naturaleza original. Esto me parece lejos de lo usual."

Fin




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